Bordeado por una barrera nevada de montañas rocosas, bosques de pinos tapizan los paisajes hasta los confines del Gran Norte. En Canadá, la naturaleza es infinitamente generosa.
Durante el invierno se puede disfrutar de la nieve que cubre todo el país de un blanco inmaculado. En la primavera, se puede contemplar un manto de verdor de un bosque que renace, anunciando las flores del verano. En el litoral, las orcas vuelven, navegando junto a los kayaks.
En el este del Canadá, el río Saint Laurent muere en el Golfo con el mismo nombre que la región de las cataratas del Niágara.
Conviene visitar el Quebec, la mayor provincia del este de Canadá y la única ciudad francófona de América del Norte. El Quebec se distingue por su cultura y su cocina específica, y su geografía muy diversificada. Sus cadenas montañosas, sus bosques, sus lagos y ríos, y sus muchos parques nacionales, presentan tantos rostros como estaciones existen en el año.
Montreal y su ambiente europeo, pero también americano, moderno y dinámico, es una ciudad vibrante. Todo se presenta en dimensión humana y los habitantes son acogedores. Lo ideal es recorrer la calle Saint-Paul que concentra galerías de arte, boutiques y restaurantes.
El artículo La maravillosa naturaleza de Canadá ha sido originalmente publicado en Absolut Viajes.